La obesidad es un factor significativo de riesgo para el desarrollo de hígado graso (esteatosis hepática) y enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, ictus) y por tanto, de muerte prematura. Se sabe que el ejercicio físico contribuye de forma importante al tratamiento de las enfermedades mencionadas anteriormente, pero no se han realizado estudios para determinar en qué momento del día el ejercicio es más beneficioso para la salud.
En la revista Diabetes Care se ha publicado un trabajo en el que se estudiaba, en personas obesas (índice de masa corporal mayor de 30 kg/m2), la hora del día en la que se debe practicar ejercicio para obtener el máximo beneficio para la salud.
Se incluyeron un total de 24.660 personas con obesidad, clasificándose el grado de actividad física que realizaban en su vida cotidiana en: sedentario, actividades que se hacen de pie (planchar una camisa, lavar platos), actividades en las que se camina (ir caminando al trabajo, fregar suelos, barrer, etc.) y actividades similares a correr (como jugar activamente con niños). A su vez, cada una de estas actividades se dividió según su intensidad en ligeras, moderadas o vigorosas. Por último se determinó la franja horaria en la que realizaban la mayor parte de esta actividad: mañana (de 6:00 a 12:00 horas), tarde (de 12:00 a 18:00 horas) y tarde/noche (de 18:00 a 24 horas).
¿Cuál es el mejor momento para practicar deporte?
Comprobaron que el riesgo de mortalidad era entre un 25-32% inferior en las personas que realizaban una actividad física moderada/vigorosa por la tarde/noche en comparación con el resto de participantes. Además mejoraba la resistencia a la insulina y por tanto el metabolismo de la glucosa en un 25% de ellos. Por último, este grupo que realizaba una actividad moderada/vigorosa por la tarde/noche presentaba la menor incidencia de accidentes cardiovasculares y una disminución de la tensión arterial.
Los facultativos de la Fundación consideramos que estos resultados se pueden extrapolar al hígado graso ya que esta enfermedad se asocia a accidentes cardiovasculares (infarto de miocardio, ictus) y a la diabetes. Por ello, es recomendable que los pacientes con hígado graso, además de realizar como mínimo 3 horas de ejercicio físico a la semana, practiquen este ejercicio entre las 18 y las 24 horas.