La idea de crear la fundación surgió tras su paso por el Royal Free Hospital de Londres (1979-1982), donde el Doctor Carreño se especializó en hepatología.
En este hospital, su tutora, la Profesora Sheila Sherlock, una de los mejores médicos especializados en el estudio del hígado, por lo que fue nominada seis veces al Premio Nobel de Medicina, empujó al doctor Carreño a desarrollar su carrera en el área de la hepatología. A su vez, Sherlock, fue presidenta y co-fundadora de la Asociación Internacional para el Estudio del Hígado desde 1958 hasta 1962.