El hígado graso es la enfermedad hepática más frecuente en los países desarrollados afectando al 20-30% de la población general. El tratamiento de esta enfermedad consiste en cambios en el estilo de vida del paciente (dieta y ejercicio físico) y también se pueden utilizar algunos fármacos como la vitamina E o el ácido ursodeoxicólico. No existe un tratamiento específico para el hígado graso y se hace necesario disponer de fármacos más eficaces que los utilizados actualmente.
En el Congreso de la Sociedad Americana para el Estudio de las Enfermedades del Hígado celebrado a principios de noviembre, se ha presentado un estudio sobre la eficacia de un nuevo fármaco, el Resmetirom, para el tratamiento de la cirrosis hepática producida por el hígado graso. El Resmetirom es un agonista de los receptores beta de la hormona tiroidea que se dirige selectivamente al hígado. Se incluyeron 105 pacientes con cirrosis hepática por hígado graso a los que se les administró Resmetirom por vía oral durante 52 semanas. Al finalizar el estudio se comprobó que se producía una reducción significativa del porcentaje relativo de grasa en hígado y de la fibrosis, además de reducirse los niveles de triglicéridos, de la lipoproteína C de baja densidad y de la apolipoproteína B. También se observó mejoría en las transaminasas. La tolerancia al fármaco fue buena y no se produjeron efectos secundarios importantes.
Actualmente se está realizando un estudio de fase 3 controlado con placebo, en más de 1.200 pacientes con hígado graso. Si los resultados del mismo confirmasen los hallazgos preliminares, muy probablemente el Resmetirom será aprobado para el tratamiento del hígado graso.