El hígado graso es la causa más frecuente de enfermedad hepática crónica y puede evolucionar a cirrosis hepática, fracaso hepático y cáncer de hígado. Además el hígado graso se asocia al desarrollo de otras patologías, como enfermedades cardiovasculares, renales, etc. Se estima que la prevalencia de hígado graso en la población mundial es del 20-30%.
Está demostrado que durante los periodos vacacionales se puede producir un aumento de peso de entre 2-3 Kg. Esto se debe en parte a los cambios en los hábitos alimenticios (mayor consumo de bebidas alcohólicas, helados, dulces, aperitivos,..) y a la disminución del ejercicio físico. También influye el cambio de horario para irse a dormir (generalmente en vacaciones se retrasa en una hora y media). Teóricamente todos estos hechos pueden facilitar la aparición de hígado graso.
En la revista BMC Endocrine Disorders se ha publicado un estudio que ha tratado de determinar los factores asociados a la aparición del hígado graso. Se incluyeron un total de 8.360 participantes. En ellos se encontró que la prevalencia de hígado graso era de 39,56% y que estas personas con hígado graso tenían una actividad física menor que los participantes sin hígado graso. Por otra parte, la ingesta media de calorías en las personas con y sin hígado graso era de 2.579 Kcal/día vs 2.494 Kcal/día, respectivamente.
La importancia de practicar deporte
Las personas con una actividad física moderada (3-4 horas semanales) o alta (5 horas o más a la semana) tenían de 16 a 31% menos de probabilidades de tener hígado graso que aquellas que realizaban una actividad física baja (menos de 2 horas a la semana). El riesgo de padecer hígado graso era 236,7 veces mayor en las personas obesas que tenían además alteraciones metabólicas (aumento del colesterol, triglicéridos, glucosa) en comparación con los participantes no-obesos y sin alteraciones metabólicas.
En resumen, en el estudio se ha confirmado que tener una actividad física moderada o alta es importante para tratar de evitar la aparición de hígado graso. Por otra parte, tanto la ingesta excesiva de alimentos como tomar alimentos con alto contenido en grasa o azúcares facilita el desarrollo de esta enfermedad.
Por todo esto, el Dr. Carreño y los médicos de la Fundación recomiendan a todos los pacientes que practiquen una actividad física (caminar, nadar, bailar, etc.) entre 3-5 horas semanales y que moderen la ingesta de alimentos con alto contenido calórico. Si durante las vacaciones se ha aumentado de peso, es fundamental seguir estas recomendaciones para eliminar los kilos de más y recuperar hábitos saludables.