La fragilidad física, combinada con factores genéticos como el polimorfismo del gen PNPLA3, incrementa el riesgo de desarrollar hígado graso severo. Un estudio confirma la importancia de considerar la fragilidad en el pronóstico de la enfermedad.
El verano incrementa el riesgo de hígado graso debido a cambios en la dieta y la actividad física. Mantener un estilo de vida saludable es crucial para prevenir esta condición tras las vacaciones.
Estudios recientes revelan una conexión significativa entre la escasa duración del sueño y el riesgo de desarrollar hígado graso.
Existen diversos tratamientos para el hígado graso, tanto fármacos como llevar una dieta equilibrada.
La enfermedad del hígado graso puede estar relacionada con otras, como la obesidad, diabetes, etc.
Se sabe que realizar ejercicio físico es importante para la salud en general y que también ayuda a la prevención y control del cáncer.
Artículo escrito por el Dr. Vicente Carreño para la Fundación Quaes que por su interés reproducimos.
Actualmente se está recomendando una nueva dosis de vacuna frente a la COVID-19 a personas mayores de 60 años o pertenecientes a grupos de riesgo.
La enfermedad del hígado graso es la más frecuente de las hepatopatías. Afecta aproximadamente al 20-30% de la población general en los países desarrollados
Nuevos estudios arrojan luz sobre la viruela del mono y su incidencia en la población.