La enfermedad de hígado graso está muy ligada al desarrollo de anomalías metabólicas como la resistencia a la insulina, dislipidemia, obesidad e hipertensión. En las nuevas guías clínicas sobre el hígado graso, publicadas recientemente en Hepatology, se comentan estas anomalías asociadas al acúmulo de grasa en el hígado.
Obesidad
La obesidad se vincula al desarrollo de hígado graso y a la progresión de la enfermedad. Se sabe que la distribución de la grasa corporal es un factor importante en la evolución del hígado graso. Así, la distribución de grasa androide (acumulación de grasa a nivel abdominal) implica tener un mayor riesgo de padecer resistencia a la insulina, enfermedad cardiovascular y fibrosis hepática, independientemente del índice de masa corporal.
Por el contrario, la distribución de grasa ginoide (aumento de grasa en caderas y glúteos, lo que es muy frecuente en mujeres) podría ser favorable para evitar o disminuir el riesgo de desarrollo de hígado graso. El riesgo de progresión agresiva de la enfermedad de hígado graso depende de las grasas depositadas en las vísceras (grasa visceral). En nuestra Fundación el Dr. Carreño y el equipo de hepatólogos tiene en cuenta la distribución de la grasa corporal como factor pronóstico de la enfermedad de hígado graso.
Diabetes
La diabetes tipo 2 (del adulto) conlleva un riesgo de desarrollo de hígado graso, progresión de fibrosis hepática y hepatocarcinoma. La prevalencia de hígado graso en los pacientes con diabetes tipo 2 oscila entre el 30-75%.
Hipertensión arterial
De igual manera, la hipertensión arterial también se asocia con frecuencia al hígado graso. En los estadios iniciales de la enfermedad de hígado graso, un 6,5% de los pacientes presenta hipertensión arterial, aumentando hasta el 14,5% en aquellos con cirrosis hepática. También los pacientes con hígado graso tienen el doble de probabilidades de tener niveles elevados de colesterol y triglicéridos que las personas sin esta enfermedad. Además, el hígado graso se asocia con la posibilidad de padecer una enfermedad renal.
Enfermedades cardiovasculares
Por otra parte, las enfermedades cardiovasculares constituyen una causa importante de muerte en pacientes con hígado graso. Existe una fuerte asociación entre el hígado graso y la enfermedad esclerótica del corazón, el fracaso cardíaco y las arritmias, especialmente con la fibrilación auricular.
Finalmente, en comparación con la población general, la presencia de hígado graso se relaciona con una mayor frecuencia de desarrollo de cáncer digestivo (cáncer de colon, estómago, etc.).
En resumen, el hígado graso no afecta a un único órgano sino que es una enfermedad que puede considerarse multiorgánica como explica el Dr. Carreño a los pacientes.