El hígado graso, que se debe al acúmulo de grasa en ese órgano, puede cursar con inflamación y destrucción de las células hepáticas. El sueño es un requerimiento fisiológico fundamental en la salud humana, por lo que podría estar implicado en el desarrollo del hígado graso. Se sabe que las personas que duermen menos de 7 horas al día son más propensas a padecer hígado graso. Por otra parte, las personas con resistencia al flujo aéreo en las vías respiratorias superiores tienden a roncar y en estudios previos se ha demostrado que el roncar juega un papel importante en varias enfermedades metabólicas (diabetes, hipertensión y enfermedad renal).
Por estos motivos se ha publicado en la revista PLOS One un estudio que pretendía determinar la posible relación de roncar con el hígado graso. Se incluyeron 3.708 participantes de los que 1.534 (41,4%) tenían hígado graso, siendo mayoritariamente varones que roncaban con más frecuencia y dormían menos horas.
El grupo de participantes que reconocía que roncaba presentaba aumento de transaminasas y niveles más altos de colesterol, triglicéridos y glucosa que el resto de los participantes. También se encontró que, tanto en mujeres como en varones, el riesgo de padecer hígado graso era estadísticamente superior en las personas que roncaban. Por último, roncar frecuentemente se asociaba especialmente con el desarrollo de hígado graso en aquellos participantes que tenían menos de 40 años y en los que tenían entre 40-60 años.
En resumen, en este trabajo se ha demostrado que, excluyendo otros factores de riesgo de hígado graso como la obesidad o diabetes, el hecho de roncar es un factor independiente de riesgo para el desarrollo de la enfermedad.
Aunque el roncar tiene solo un moderado valor predictivo al ser un indicador sencillo, aporta una valiosa información en relación al riesgo de padecer hígado graso. El Dr. Carreño y los médicos de la Fundación consideran que en los chequeos rutinarios de la población general se podría tener en cuenta el hecho de roncar para estudiar la posible aparición de hígado graso. Puede que en un futuro haya que plantearse si es necesario que también intervengan las Unidades de Sueño en el tratamiento del hígado graso.


