En Europa hay tres vacunas frente al coronavirus aprobadas: Pfizer, Moderna y AstraZeneca Las vacunas de Pfizer y Moderna tienen un de ARN mensajero que una vez inyectado en las personas consigue que el sistema inmunológico produzca defensas (anticuerpos neutralizantes) que bloquean al coronavirus y protegen frente a la infección. La vacuna de AstraZeneca actúa igual pero utiliza un Adenovirus (ADN) en lugar del ARN mensajero. El ARN se degrada más fácilmente que el ADN y es por ello que las vacunas de Pfizer y Moderna deben almacenarse a temperaturas entre -20ºC y -70ºC mientras que la vacuna de AstraZeneca se mantiene a 4ºC.
En primer lugar, hay que resaltar que la seguridad de las vacunas está plenamente garantizada. Se han realizado estudios incluyendo un gran número de personas con cada una de las vacunas, sin que se haya observado toxicidad importante, solo efectos ya conocidos en otras vacunas (como la de la gripe: dolor en el brazo de la inyección, enrojecimiento, etc.). Se han descrito casos poco frecuentes de reacción alérgica a las vacunas. Esto se debe al rechazo que algunas personas tienen a un producto que llevan las vacunas de ARN mensajero (Pfizer y Moderna), el Polietilenglicol (PEG). Por su parte, la vacuna de AstraZeneca lleva Polisorbato 80 (parecido al PEG), y en este caso es el responsable de la reacción alérgica. Por esto, hay que excluir de la vacunación a las personas con antecedentes alérgicos a los compuestos de las vacunas.
Rumores acerca de las vacunas
Es totalmente falso el rumor de que las vacunas de ARN mensajero vayan a afectar a nuestro ADN ya que no pueden integrarse en nuestro genoma. Además, estas vacunas no producen ningún tipo de trastorno o enfermedad en las personas que las reciben.
Eficacia de cada vacuna frente al coronavirus
La eficacia de las tres vacunas es similar, confiriendo inmunidad en más del 90% de los sujetos vacunados. En nuestra opinión es importante recibir las dos dosis de la vacuna en el mismo intervalo de tiempo que se ha realizado en los ensayos clínicos (21-28 días). La protección frente al coronavirus aparece entre 1-2 semanas después de recibir la última dosis. Cualquier alteración en este sentido podría repercutir en la eficacia de las vacunas.
En cuanto a la duración de la protección que confieren las vacunas, se ha demostrado que los anticuerpos neutralizantes duran al menos 119 días. En nuestra opinión, probablemente la protección durará mucho más tiempo. Así, en las personas que han pasado la COVID-19, los anticuerpos neutralizantes persisten al menos 8 meses. Por otra parte, las personas que hayan padecido la COVID-19 deben recibir la vacuna ya que ésta actuaría como un “booster”, es decir, un refuerzo para aumentar las defensas. Además la vacunación en estas personas no conlleva ningún riesgo adicional.
Nuestras recomendaciones
Por todas estas razones consideramos imprescindible que se vacune el mayor número de personas posible (idealmente todas). Finalmente, aún después de la vacunación, también consideramos que hay que continuar con mascarillas y con todas las medidas de protección hasta que se disponga de nuevos datos.
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