El hígado graso, una enfermedad que afecta al 20-30% de la población mundial, puede evolucionar en algunos casos a cirrosis hepática. El hecho de ser una enfermedad muy frecuente hace que se realicen muchos estudios sobre la misma. Por eso se sabe que las personas que sufren de hígado graso tienen con más frecuencia otras enfermedades (cardiovasculares, cáncer de colon, insuficiencia renal).
El tratamiento del hígado graso consiste en cambios de estilo de vida (dieta y ejercicio) y la administración de algunos fármacos (vitamina E, ácido ursodeoxicólico, et.) pero es necesario desarrollar nuevos medicamentos eficaces para esta enfermedad. En este sentido en los últimos años se han comercializado fármacos agonistas del receptor GLP-1, como Ozempic y Wegovy, que regulan el apetito y el vaciado gástrico, Más recientemente se ha comercializado otro medicamento (Mounjaro) que es un agonista dual que actúa tanto sobre el receptor GLP-1 como sobre el receptor del polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa (GIP) y por lo tanto, puede ser más potente que los fármacos mencionados anteriormente. Se utiliza para el tratamiento de la obesidad, la diabetes y parece ser eficaz para el hígado graso.
Ensayo clínico con tratamiento experimental
En el congreso de este año de la Asociación Europea para el Estudio de las Enfermedades del Hígado se ha presentado un trabajo sobre el tratamiento del hígado graso con un nuevo fármaco (DR10624) que es un triple agonista de los receptores FGF21, GCG y GLP-1. En el estudio se incluyeron 49 pacientes con hígado graso que recibieron durante 12 semanas placebo o el medicamento comenzando con 12,5 mg y duplicando la dosis semanalmente hasta alcanzar 75 mg.
El DR10624 demostró ser altamente eficaz en los marcadores metabólicos del hígado graso. Así, la proporción de pacientes que presentaron una disminución importante (mayor del 50%) en la grasa del hígado fue del 66,7%, 88,9%, 100% y 75,8% con las dosis de 12,5 mg, 25 mg, 50 mg y 75 mg, respectivamente, con diferencias estadísticamente significativas en relación al grupo placebo.
Los resultados indican que el DR10624 es un fármaco potencialmente más potente que los actualmente disponibles (Ozempic, Wegovy, Mounjaro) para el tratamiento del hígado graso. Sin embargo, en opinión del Dr. Carreño, hay que realizar estudios no solo con más pacientes, sino también comparando la eficacia de los distintos fármacos en una población de pacientes con hígado graso y similares características.
