Se estima que la obesidad es responsable de aproximadamente el 40% de los casos de hígado graso, enfermedad que afecta al 30% de la población mundial. En los últimos años se han comercializado dos fármacos para adelgazar: semaglutida (Ozempic) y tirzepatida (Mounjaro).
La semaglutida es un agonista del receptor GLP-1 y la tirzepatida es un agonista dual que actúa tanto sobre el receptor GLP-1 como sobre el receptor del polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa. Ambos compuestos han demostrado su utilidad para la pérdida de peso, pero no se habían realizado estudios comparando la eficacia y la toxicidad de estos fármacos.
En el New England Journal of Medicine se ha publicado un trabajo comparativo en 750 pacientes obesos divididos en dos grupos que recibieron las dosis habituales de semaglutida (1,7 mg o 2,4 mg) o de tirzepatida (10 mg o 15 mg). Los fármacos se administraron por vía subcutánea, 1 día a la semana durante 72 semanas.
Efectos según el tipo de medicamento utilizado
Al finalizar el tratamiento se observó una reducción del 20.2% del peso en los pacientes que recibieron tirzepatida y del 13,7% en el grupo de semaglutida. En cuanto a los kilogramos, la disminución media fue de 22.8 kg con tirzepatida y de 15 kg con semaglutida. Respecto al perímetro abdominal, al final del tratamiento en los pacientes que tomaron tirzepatida se había reducido una media de 18,4 cm y en los del grupo de semaglutida la reducción fue de 13 cm. Finalmente también se comprobó que, en relación a la basal, la tensión arterial había disminuido en 10,2 mm Hg y 7,7 mm Hg en el grupo de tirzepatida y de semaglutida, respectivamente. En cuanto a los efectos secundarios fueron similares en los dos grupos con náuseas, estreñimiento, diarrea y vómitos.
En resumen, tanto la semaglutida como la tirzepatida son dos fármacos eficaces para adelgazar, aunque la tirzepatida es mejor para conseguir este objetivo.
El Dr. Carreño y su equipo médico en la Fundación utilizan estos fármacos para tratar la obesidad y el hígado graso.
