El coronavirus es un virus ARN que tiene proteína (enzimas) implicadas en su mecanismo de replicación que se encargan de copiar la molécula de ARN para crear nuevas partículas de virus. Estas enzimas pueden cometer errores al copiar el ARN y provocar la aparición de mutaciones que tienen algunas diferencias con el virus original. Muchas de estas mutaciones no tienen ninguna consecuencia pero otras pueden aumentar la capacidad infectiva del virus, producir una enfermedad más severa o escapar de las defensas humanas.
Se han descrito más de 12.000 mutaciones del virus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad COVID-19. Por esta razón existe la posibilidad de que la COVID-19 se convierta en una enfermedad endémica como la gripe y que por las mutaciones haya que vacunarse anualmente. Recientemente se han publicado diversos trabajos en importantes revistas como Nature, New England Journal of Medicine o The Lancet donde se ha evaluado la capacidad de protección de las vacunas frente a las variantes más frecuentes del virus.
- B.1.1.7 detectada por primera vez el 14 de diciembre de 2020 en el Reino Unido y que está presente en al menos 93 países.
- 501Y.V2 descrita por primera vez en Sudáfrica el 18 de diciembre de 2020 y presente en 45 países.
- P.1 detectada en Brasil el 22 de febrero de 2021 y extendida por 21 países.
Capacidad de protección de las vacunas
Se ha demostrado que la capacidad de protección inducida por la vacuna Pfizer disminuye una magnitud de 2 veces para la variante inglesa, 6,3 para la sudafricana y 6,7 para la brasileña. Con la vacuna de Moderna esta reducción es de 1,8 veces frente a la variante inglesa, 4,5 frente a la brasileña y de 8,6 para la de Sudáfrica. En relación con la vacuna de AstraZeneca, su protección se reduce en una magnitud de 1,2 veces frente a la variante inglesa y de 86 veces frente a la sudafricana.
También se ha estudiado la respuesta frente a las variantes inglesa y sudafricana de los anticuerpos producidos por personas vacunadas con dos vacunas chinas que son de coronavirus inactivado. Se comprobó que los anticuerpos neutralizaban bien a la variante inglesa pero que la neutralización disminuía frente a la sudafricana.
Eficacia de las vacunas
En resumen, en general las vacunas mencionadas son bastante eficaces frente a la variante inglesa (que predomina en España) aunque su efectividad disminuye frente a las variantes de Sudáfrica y Brasil. La aparición de nuevas variantes puede provocar que se tengan que desarrollar nuevas vacunas.