Uso de la aspirina en tratamiento del hígado graso

13 enero, 2024

El estudio revela que la aspirina, administrada durante 6 meses, reduce la grasa hepática, mejora la inflamación y la fibrosis en pacientes con hígado graso.

El hígado graso afecta al 20-30% de la población mundial. Todavía no hay en fármaco específico para el tratamiento de esta enfermedad aunque se están evaluando diversos medicamentos en ensayos clínicos.

La aspirina es un fármaco muy antiguo y con el paso del tiempo se ha comprobado que es de gran utilidad para el tratamiento de varias enfermedades. Así la aspirina se administra para prevenir accidentes vasculares (infarto de miocardio, ictus, etc.) o para disminuir el riesgo de desarrollo de diversos tipos de cánceres.

En estudios observacionales (estudios donde se recogen y se analizan los datos que se producen en la práctica clínica habitual) se ha sugerido que la aspirina podría ser útil para reducir la prevalencia y la progresión del hígado graso. En el Congreso Anual de la Asociación Americana de las Enfermedades del Hígado se ha presentado un trabajo que trataba de conocer la eficacia de la aspirina para reducir la cantidad de grasa en hígado, la inflamación y la fibrosis en pacientes con hígado graso.

La aspirina puede reducir la grasa en el hígado

Se incluyeron 80 pacientes de 18 a 70 años que tenían hígado graso pero sin cirrosis y que fueron tratados con 81 mg de aspirina diariamente o placebo durante 6 meses. Se encontró que en los pacientes tratados con aspirina la cantidad de grasa en el hígado se reducía una media del 7,3%, mientras que en los tratados con placebo la cantidad de  grasa hepática aumentaba en un 3%.  También se observó en el grupo que tomaba aspirina una reducción del índice de fibrosis del 18.8% frente a un aumento del 29,2% en los que recibían placebo. Solo un paciente tratado con aspirina presentó un efecto adverso (ardor de estómago).

En resumen, el tratamiento del hígado graso con aspirina durante 6 meses reduce la cantidad de grasa intrahepática y mejora la inflamación y la fibrosis del hígado. Por supuesto, es conveniente que se realicen otros estudios con más pacientes para confirmar estos hallazgos.

El Dr. Carreño y su equipo harán un seguimiento de las publicaciones y comunicaciones que se vayan haciendo sobre este tema para poder tomar decisiones terapéuticas al respecto.

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