Hígado y alimentación (I)

27 octubre, 2019

La correcta alimentación es importante para mantener un hígado sano

El hígado es el órgano más grande del cuerpo, pesando alrededor de 1800 gr en el hombre y 1400 gr en mujeres. Realiza más de 500 funciones vitales tales como almacenar diversas sustancias (glucosa, hierro, vitaminas…). Produce bilis, colesterol y otras proteínas, regular la coagulación o neutralizar y eliminar sustancias tóxicas (alcohol, nicotina, fármacos…). Debido al papel primordial que juega este órgano en nuestra vida, hígado y alimentación saludable deben ir de la mano, tanto en caso de padecer una enfermedad del hígado como para prevenir su aparición.  Respecto a las bebidas y alimentos más adecuados para el hígado se generan muchas dudas, algunas de la cuáles comentamos a continuación.

 

Alcohol

Más del 90% del alcohol que ingerimos es metabolizado (eliminado) por el hígado. Pero en este proceso se produce acetaldehído, que es una molécula que activa respuestas inflamatorias que dañan las células hepáticas. Por esto, las personas que sufren cualquier tipo de enfermedad hepática no deben tomar alcohol para no agravar el daño que ya padecen. En personas sanas, aunque es preferible que no beban nada, el consumo de alcohol debe ser moderado, por ejemplo: 2 vasos de vino tinto o cerveza al día en hombres y 1 vaso en mujeres y mayores de 65 años.

 

Café

Se ha demostrado que ingerir al menos 3 tazas de café al día disminuye el riesgo de sufrir daño en el hígado en la personas sanas. Asimismo, en personas con enfermedad hepática, el consumo diario de café reduce la fibrosis y los niveles de las transaminasas. Tomar café descafeinado también produce estos efectos, por lo que se piensa que los beneficios que se observan no se deben a la cafeína sino a los efectos antioxidantes del café. Es por esto que no puede sustituirse el café por bebidas con cafeína o energéticas y además estas bebidas por su alto contenido de azúcar, pueden ser nocivas ya que contribuyen al acúmulo de grasa en el hígado.

 

Hay menos estudios al respecto y los resultados son contradictorios, seguramente porque hay varios tipos de té (blanco, negro, verde, rojo, mezclas, etc.) y muchos trabajos no diferencian entre ellos. El té verde (el más consumido en países occidentales) sí parece tener los mismos efectos beneficiosos que el café (anti-inflamatorio y anti-fibrótico) cuando se toman 3-4 tazas al día por el efecto antioxidante de las catequinas que contiene. Por el contrario, se desaconseja tomar extractos de té verde (suplementos alimenticios) porque se han comunicado casos de intoxicación hepática probablemente por la alta concentración de catequinas y de otras sustancias que llevan estos preparados.

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