El hígado graso es una enfermedad que afecta al 20-30% de la población mundial y si no se trata puede evolucionar a cirrosis hepática. También se asocia a enfermedad cardiovascular y trastornos del metabolismo (aumento de colesterol, de triglicéridos, etc.). Además aproximadamente el 40% de los pacientes con hígado graso tienen hipertensión arterial.
Con respecto a la alimentación, se conoce que el café es de utilidad para evitar la progresión del hígado graso y hay algunos datos que sugieren que el extracto de semillas de uva puede afectar a los factores metabólicos que inducen la aparición del hígado graso. Recientemente se ha publicado en la revista BioMed Central Complementary Medicine and Therapies un estudio en el que se ha administrado a 25 pacientes con hígado graso, extracto de semillas de uva a una dosis de 260 mg en tabletas, dos veces al día durante 2 meses. También incluyeron un grupo control de 25 pacientes que recibieron placebo.
Resultados de la utilización de extracto de semillas de uva
Se comprobó que en los pacientes tratados con el extracto de semillas de uva se producía una disminución significativa en los parámetros analíticos hepáticos (transaminasas) mientras que esto no ocurría en el grupo placebo. Además, en un 60% de los pacientes con un hígado graso moderado o severo que tomaron el extracto de semillas, la grasa en el hígado desapareció o disminuyó, pasando a presentar un hígado graso leve. También se observaron cambios en el perfil de lípidos. Así, en los pacientes que tomaron extracto de semillas de uva se produjo un descenso significativo de los niveles de colesterol total, triglicéridos y colesterol LDL (colesterol malo) y un aumento del colesterol HDL (bueno). Por otro lado, los pacientes que tomaron extracto de semillas de uva disminuyeron su tensión arterial (de 108,4 a 95,6). El tratamiento fue bien tolerado y no se produjeron efectos secundarios.
En resumen, el extracto de semillas de uva puede ser de gran utilidad para el tratamiento del hígado graso y para el control de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, en la Fundación consideramos que se deben realizar más estudios con un número mayor de pacientes para confirmar estos prometedores resultados.