En abril de este año el Reino Unido comunicó 10 casos de hepatitis aguda severa de origen desconocido en niños menores de 10 años. Desde ese momento, el número de niños con la enfermedad y el número de países afectados fue aumentando, por lo que la Organización Mundial de la Salud, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (WHO, CDC, ECDC) emitieron una alerta sanitaria sobre esta hepatitis de origen desconocido en niños. A fecha de 8 de julio se han comunicado 1.010 casos en 35 países y 22 muertes.
Los síntomas clínicos que presentan estos niños son similares a los que se dan en las hepatitis agudas de origen vírico. En el Reino Unido, el 74% de los casos tenía ictericia, 72,8% vómitos, 58% heces decoloradas, 47,4% diarrea y el 39,5% náuseas. La fiebre era menos frecuente (29,6%). Sin embargo, el porcentaje de trasplante hepático en estos niños (5%) es muy superior al de las hepatitis agudas víricas (1%).
Como indica su nombre, se desconoce cuál es el agente causal de esta hepatitis pero se han postulado diversas hipótesis.
Por una parte se ha detectado la presencia de Adenovirus aproximadamente en el 47% de los 447 casos en los que se ha estudiado la existencia de este virus en muestras de suero, sangre total, plasma, orina o heces. Se ha comprobado que el Adenovirus presente en la mayoría de estas muestras positivas es el serotipo 41F. Por esto, algunos científicos apoyan la teoría de que este virus es la causa de la enfermedad. Además, dado que la mayoría de la población adulta ha estado en contacto con Adenovirus y por tanto puede tener anticuerpos protectores, esto explicaría el hecho de que esta hepatitis solo se de en niños. Sin embargo en nuestra opinión, es poco probable que el Adenovirus sea el agente responsable de la enfermedad ya que la infección por Adenovirus es muy frecuente en la infancia y por tanto se puede detectar en niños con o sin hepatitis. Además, en niños con una función inmunológica normal la infección por Adenovirus produce una enfermedad leve y no se ha descrito que se relacione con hepatitis. Por último, no se ha detectado este Adenovirus en la mayoría de las biopsias hepáticas de los niños.
Por otro lado, se sugirió que la hepatitis podía deberse a la vacuna frente al coronavirus pero la hipótesis se descartó porque los niños no habían sido vacunados.
Algunos autores han propuesto que esta hepatitis se relaciona con la infección por coronavirus. Sin embargo, la determinación de marcadores serológicos del SARS-CoV-2 no se ha realizado sistemáticamente y sólo se ha detectado la presencia del virus por PCR en el 16% de los niños estudiados. Aun así, se ha sugerido que el agente causante es el coronavirus ya que este virus puede persistir y replicarse en células intestinales, estimulando al sistema inmunológico que respondería de una forma desmedida dando lugar a una hepatitis autoinmune. Aunque en los niños afectados se ha descartado la hepatitis autoinmune, la hipótesis de la persistencia del SARS-CoV-2 habría que demostrala con un seguimiento de los niños y determinando la presencia de coronavirus por PCR en sus heces (estudio que hasta donde sabemos no se ha realizado).
También se han realizado investigaciones para determinar si esta enfermedad podría estar producida por agentes tóxicos, aunque no se han detectado metales ni sustancias orgánicas o volátiles que pudieran estar implicados en su desarrollo. Se ha encontrado la presencia de Paracetamol en algunas muestras de niños afectados, pero el fármaco se había administrado con fines terapéuticos y por debajo de los niveles de toxicidad. Por otra parte, se ha detectado Fluconazol en otros niños y se está investigando su posible significado. Finalmente también se han estudiado micotoxinas como posibles agentes causales pero su presencia es similar a la que se encuentra en controles sanos.
Por todo lo comentado, se continúa sin conocer la verdadera causa de la enfermedad. La presencia de casos en un número importante de países por todo el mundo parece indicar que se trata de un agente infeccioso aunque es desconcertante que la propagación de la enfermedad sea tan lenta (solo 1.010 casos en 3 meses). Por ello, hay que seguir investigando en muestras de sangre, heces y tejido hepático de los niños para tratar de identificar el agente causal.
Dr. Vicente Carreño
Presidente de la Fundación para el Estudio de las Hepatitis Virales