Un 30% de la población padece de hígado graso. Por otra parte, la colelitiasis (cálculos en la vesícula biliar) es también una enfermedad frecuente, que afecta al 10-20% de la población mundial.
Los cálculos pueden producir un dolor intenso en la zona inferior de las costillas del lado derecho que se irradia hacia la espalda y puede acompañarse de náuseas, vómitos, fiebre e ictericia (color amarillento de la conjuntiva). A veces, los cálculos se desplazan fuera de la vesícula biliar y pueden producir pancreatitis (inflamación del páncreas), que es una enfermedad muy grave.
Dada la alta frecuencia de hígado graso y de cálculos en la vesícula biliar en la población general, se ha publicado en la revista Health Science Reports un trabajo que trataba de comprobar si existe una asociación entre ambas enfermedades, es decir, si los pacientes con hígado graso tienen más riesgo de desarrollarlos.
Se comprobó que los enfermos de hígado graso tienen con mayor frecuencia que la población general, cálculos en la vesícula. Además se encontró que la presencia de los cálculos se asocia positivamente con la severidad de la enfermedad de hígado graso.
Verificar la presencia de cálculos biliares
En resumen, ante un paciente con hígado graso se debe estudiar la posible presencia de cálculos en la vesícula biliar. Esto es importante ya que existen diversos y eficaces tratamientos para evitar las complicaciones de los cálculos en la vesícula como la litotricia (destrucción de los cálculos mediante ondas ultrasónicas extracorpóreas) o la extirpación de la vesícula biliar por laparoscopia. El equipo del Dr. Carreño quiere destacar que los cálculos solo hay que tratarlos si producen síntomas (en pacientes asintomáticos no está indicada la extirpación de la vesícula biliar).
Por último, comentar que la presencia de cálculos en la vesícula se detecta esencialmente por ecografía, que es una prueba rutinaria obligatoria en pacientes con hígado graso y que también realizamos en la Fundación.