Hace tres años aproximadamente se calculaba que el número de personas infectadas en el mundo por el virus de la hepatitis C era de 150 millones. Actualmente se considera que esa cifra ha disminuido notablemente y solo hay 71 millones (OMS, julio 2018). Esto se debe a la comercialización de los nuevos fármacos para el tratamiento de la hepatitis C que son tremendamente eficaces. Así, con los nuevos tratamientos, se consigue una respuesta completa (normalización de transaminasas y negativización de ARN del virus C) en el 95% de los pacientes según se ha demostrado en los ensayos clínicos de desarrollo de los medicamentos.
Sin embargo, los resultados que se obtienen en los ensayos clínicos frecuentemente no coinciden con lo que ocurre en la práctica clínica diaria. En este sentido, se ha publicado en la revista Digestive Diseases and Science un estudio incluyendo a 261 enfermos con genotipo 1 del virus C que recibieron tratamiento con los nuevos fármacos en “la vida real”. Se demostró que solamente respondieron el 74 % de los enfermos, lo que es significativamente menor del 95% obtenido en los ensayos. Esto se debió a que alrededor del 22% de los pacientes tratados interrumpieron prematuramente la terapia o no regresaron a consulta para poder evaluar la eficacia de la misma. Es importante señalar que estos fracasos no deberían producirse por varias razones:
- La tolerancia al tratamiento es excelente y apenas se producen efectos secundarios (cefalea, astenia, etc… ).
- La duración del tratamiento es solo de 8 a 12 semanas.
En resumen, en el tratamiento de la hepatitis C con los nuevos fármacos, es imprescindible que el enfermo tome la medicación sin dejar de hacerlo un solo día y durante el tiempo prescrito por su médico. Esto es muy importante y en nuestro grupo insistimos exhaustivamente es estas recomendaciones.