La Asociación Americana para el Estudio de Enfermedades Hepáticas ha publicado nuevas guías en relación al manejo de esta enfermedad en la prestigiosa revista Hepatology.
En las enfermedades hepáticas existen varios estadios de evolución: F0 (hígado sano), F1 (hígado con algo de inflamación y con mínima fibrosis), F2 (con más intensidad que F1), F3 (con mucha fibrosis y en estadio precirrótico que si no se trata evoluciona a cirrosis) y F4 (cirrosis hepática). La tendencia de la enfermedad por hígado graso es ir avanzando de estadio hasta terminar en cirrosis hepática. En las nuevas guías se reconoce que para que un hígado graso sin inflamación pase a un estadio peor han de transcurrir 14 años, mientras que si existe inflamación y destrucción de células hepáticas (esteatohepatitis) solo es necesario 7 años.
En la enfermedad de hígado graso es importante determinar si existe cirrosis hepática mediante una biopsia u otros métodos (Fibroscan,…) puesto que su presencia modifica la vigilancia y las revisiones médicas que el hepatólogo debe realizar al paciente. Así, en el caso de que haya cirrosis, hay que hacer revisiones bianuales para detectar el desarrollo de cáncer de hígado, de varices esofágicas, etc. En los pacientes con cirrosis por hígado graso la probabilidad de progresar a complicaciones importantes (hemorragia digestiva, ascitis, etc.) oscila entre el 3-20% anual.
En resumen, el hígado graso es una enfermedad relevante, no sólo por el gran número de personas afectadas en todo el mundo, sino también por la posibilidad de evolución a cirrosis hepática.
El grupo de hepatólogos de nuestra Fundación, encabezados por el Dr. Carreño, viene realizando todas estas recomendaciones de diagnóstico y de seguimiento desde hace varios años.