La hepatitis autoinmune es una enfermedad crónica del hígado, provocada por el ataque de las células defensivas de una persona a su propio hígado. Esto conlleva un proceso de inflamación y de destrucción que puede terminar en cirrosis y cáncer de hígado.
El diagnóstico de la hepatitis autoinmune se realiza analizando en sangre la presencia de autoanticuerpos (anti-nucleares, anti-músculo liso, anti-mitocondriales, anti-LKM) y la cuantificación de inmunoglobulinas. Sin embargo, el 25% de las hepatitis autoinmunes son asintomáticas y además un 10% de ellas no tienen ningún rasgo analítico de los mencionados por lo que son difíciles de diagnosticar y sólo se consigue mediante la realización de una biopsia hepática.
Recientemente se ha publicado un artículo en la revista The Lancet en el que se analiza la frecuencia de la hepatitis autoinmune en la población general. En el análisis se incluyeron 55.839 pacientes de América del Norte, Europa, Asia y Oceanía. Se comprueba que las mujeres padecen hepatitis autoinmune con más frecuencia que los hombres, al igual que las personas mayores de 65 años.
Cómo ha evolucionado la incidencia de la hepatitis
Se encuentra que la prevalencia de hepatitis autoinmune ha ido aumentando con el tiempo. Así, ente 1970 y 1999 esta prevalencia era de 9.95 casos por 100.000 habitantes, mientras que del año 2015 al 2022 aumentó a 27,91 casos por 100.000 habitantes. Esto indica que la prevalencia de la hepatitis autoinmune se ha triplicado desde el año 2000.
Existen varios factores que podrían explicar este incremento. En primer lugar la obesidad, un factor de riesgo para la aparición de hepatitis autoinmune, ha aumentado en la población general en los últimos años. También el uso de algunos antibióticos (nitrofurantoina, minociclina) se ha asociado al desarrollo de hepatitis autoinmune. Además, las mejoras a lo largo del tiempo en las condiciones de vida, los hábitos y la dieta pueden influir en la flora bacteriana del intestino, lo que puede contribuir al desarrollo de hepatitis autoinmune.
Además se ha demostrado que, con el desarrollo económico disminuyen las enfermedades infecciosas pero aumentan las alergias y las enfermedades autoinmunes. Así, en España, con la mejora de las condiciones económicas han disminuido las enfermedades infecciosas (como la hepatitis A) y se ha incrementado la frecuencia de hepatitis autoinmune. Por otro lado, en los países subdesarrollados no se realizan algunas de las pruebas diagnósticas de la hepatitis autoinmune por lo que su frecuencia puede estar infravalorada al quedarse sin diagnosticar.
El Dr. Carreño y su equipo han notado un incremento importante de enfermos con hepatitis autoinmune en los últimos años. Hay que destacar que, en nuestra experiencia, con el tratamiento adecuado, se consigue la normalización de los parámetros hepáticos en más del 40% de los casos.