Ejercicio físico y enfermedades del hígado

15 noviembre, 2018

Realizar ejercicio físico es muy recomendable para las personas que sufren una enfermedad hepática.

Hace algunos años se consideraba que los enfermos de hígado debían permanecer en reposo (todavía algunos médicos en determinadas ocasiones lo siguen recomendando). Actualmente, se sabe que el ejercicio físico es bueno o no afecta al curso, tanto de las hepatitis agudas como crónicas.

En relación con las hepatitis agudas, durante la guerra de Vietnam, se enviaron al frente a soldados con la enfermedad y otros se quedaron en reposo. Se curaron igual, es decir, el ejercicio no influyó en el curso de la enfermedad. Por lo tanto, las personas con hepatitis aguda pueden hacer ejercicio (a no ser que presenten signos de gravedad: tiempo de protrombina bajo, encefalopatía, etc.).

En nuestra clínica, permitimos la práctica de ejercicio a los pacientes con hepatitis agudas, limitado sólo por la sensación de cansancio de cada caso.

Reducción de grasa en el hígado tras el ejercicio

Con respecto a las enfermedades crónicas del hígado, existen muchas publicaciones demostrando que la práctica del ejercicio beneficia la evolución de las mismas. Por ejemplo, el ejercicio físico mejora el hígado graso; esto lo hace por la disminución del peso. Sin embargo, también se ha demostrado que incluso sin que varíe el peso, el deporte mejora las transaminasas y disminuye la cantidad de grasa en el hígado.

También, se ha comprobado que el ejercicio beneficia a los pacientes con hepatitis C ya que disminuye las enzimas hepáticas y la grasa en el hígado, que se asocia frecuentemente a esta hepatitis.

Ejercicio físico mejora salud hígado

Deporte y cirrosis hepática

En este mes, se ha publicado un artículo en la revista Journal of Hepatology en el que se recomienda realizar deporte en enfermos con cirrosis hepática. Se sabe que los niveles de actividad física en los cirróticos son bajos, (el 76% de su actividad diaria es sedentaria). Realizando actividades deportivas mejora su estado físico, la masa muscular, su calidad de vida y se puede reducir el riesgo de descompensación clínica de la enfermedad.

Nosotros recomendamos la práctica de un mínimo de 3 horas de actividad física semanal.  Mejor si pueden hacer 7 de ejercicio aeróbico ( como caminar, etc.).  Por último hay que recordar que hacer deporte es útil para otras enfermedades (hipertensión arterial, diabetes, etc.).

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